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JOYAS SAGRADAS

Tablero

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     EL TABLERO


     Esta joya, variante de la familia de las medallas y fórmula precedente de la patena (lo esquinado frente a lo circular), llega a nosotros muy desgastada en la Sierra de Francia, pues tan solo se registran 27 ejemplos (5 ejemplares en el siglo XVII y 22 en el XVIII) documentados entre los años 1623 y 1799, pertenecientes a las poblaciones de Las Casas del Conde (1), Cepeda (8), Miranda del Castañar (2), San Martín del Castañar (3), Sequeros (11) y Villanueva del Conde (2).


     Conocida esta joya en la Sierra de Francia como tablero, tablerito, tabladito, suele denominarse, fuera de ella, tablita o tablica y también tablilla, en alusión siempre a su forma de pequeña tabla esquinada (cuadrada, o perlongada) y figura de pequeño libro con sus portezuelas, labores incisas y a veces también de bulto133. Los ejemplos que documentamos en esta comarca salmantina tienen hechura de plata blanca y con más frecuencia de plata ahumada o zahumada, formando parte de vueltas de gabanzas de coral junto a joyas-relicario, especialmente agnusdei, y cruces.


     Las piezas más antiguas de tablero documentadas que conocemos corresponden a la Testamentaría de Isabel la Católica, de la que ofrecemos tres ejemplos:


     

  • «Una tablita chequita de oro, que tiene de la una parte a Santa Catalina con una rropa esmaltada de transflor, e de la otra parte los misterios de la pasión, que pessó tres tomines e tres granos, de hechura de medio ducado de oro» (arca 5ª).
  • «Una tablica de toque, llana, delgada, guarnecida alderredor de oro con un cordón de hilo de oro esmaltado de negro e rrosicler e blanco, que pesó el oro seys ochavos e quatro tomines e medio de oro, de 22 quilates» (en la 6ª arca).
  • «En la misma arca: Una tablilla de oro que tiene de la una parte a Santa Marta con un dragón a los pies de bulto, e de la otra parte, San Juan con el cáliz en la mano, con una rropa esmaltada de transflor, de rosicler e verde, que pesó seys ochavas e media, de ley de oro de veynte quilates».


     La calidad de los tasadores hace tan gráfica la lectura de las piezas de esta real almoneda que parece que las estuviéramos contemplando. No suelen prescindir de ninguno de los elementos necesarios (incluido los nombres de sus compradores, que aquí eludimos), denominaciones de la pieza, fábrica, hechura, técnicas, calidad, iconografía, peso y precio. Una de estas joyas, la denominada «de toque», había servido como prueba de examen y maestría de platero.


     Los géneros iconográficos que se describen en la Testamentaría de la Reina Católica vienen a coincidir con las cuatro variantes que ofrecen las patenas en la Sierra de Francia: escenas de la vida de Cristo e «insignias» de la Pasión, denominadas también arma Christi, estigmas, improperios, misterios, señales de la Pasión, suertes y tormentos. También escenas de la vida de la Virgen, de santas y santos mártires y de apóstoles (de media figura y de cuerpo entero) y las cifras o anagramas de Jesús y María. Algunos ejemplos de tablero conservados en esta comarca presentan un desarrollo de las representaciones iconográficas esquemático y a veces ingenuo.


Figura 5
a) Tablero de plata ahumada y labor incisa y dentada con las cifras de Jesús y los tres clavos al pie, y en el espaldar, las de María. Asa y cadenilla. La Alberca. Siglo XVII. Dijero del Niño Jesús de las Candelas. b) Tablero de plata sobredorada y labores incisas de carácter erudito. En la cara, cruz latina y motivos rameados, mitad acantos, mitad cisnes tenantes y adoradores, con el mismo doble corte en sus cuellos que presentan los bordados serranos. Cerco acordonado con cuatro botoncitos marcando la cruz y otros cuatro, los evangelistas. La espalda, con motivos geométricos. Dijero del Niño Jesús. La Alberca. Siglo XVII.

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     Los tableros como manda sagrada en Miranda del Castañar (1633-1678), San Esteban de la Sierra (1759) y San Martín del Castañar (1759)


     En varios ejemplos de la Sierra el tablero forma parte, con otras joyas, del ajuar de las imágenes sagradas.


     Así, en el testamento del matrimonio formado por Francisco Domínguez y Francisca Gutiérrez, vecinos de Miranda del Castañar y testadores ante el escribano de Cepeda en el año 1655, se documentan tres mandas de joyas a imágenes mirandeñas: la del Rosario y las dos de la Virgen de la Cuesta (la vieja o aparecida y la nueva). Se demuestra aquí la tradición de dejar en herencia a las imágenes sagradas no sólo bienes raíces, también ropas y joyas. Queda patente, además, la costumbre de utilizar en los distintos rituales de culto dos imágenes con una misma advocación: La Virgen aparecida, la antigua, de pequeñas dimensiones y sagrada, que no se mueve de su territorio de gracia ni para las procesiones, y la llamada grande, la que se saca en procesión, «mejor moza», que en el caso de Miranda no se conserva:


Figura 5A
Inventario de Francisco Domínguez y Francisca Gutiérrez, vecinos de Miranda ante el notario de Cepeda. Véase nota 157.

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Año 1655 (Inventario de Francisco Domínguez y Francisca Gutiérrez, vecinos de Miranda ante el notario de Cepeda). “Ytem mando yo, la dicha francisca, un gilo de gabanzas con seis piezas de plata, quatro abellanas e dos alcorciles, a nuestra señora de la questa de la dcha villa de miranda, “la aparecida”, y así mesmo con su tablerito de plata de quatro esquinas […]; y si yo, la dchª francisca gutiérrez, durante mis días o de dcho mi marido, tuviésemos necesidad de vender el dcho gilo, y después de nuestros días no lo aya, por lo aber bendido para nuestras neçesidás [sic], no se pueda pedir dcho gilo a nadie; yten mando yo, la dcha frcª guttiérrez, un agnusdey de plata ajumado con bedrieras y un rosario de açabache que yo tengo, a nuestra señora del rrosario de la dcha villa de Miranda; yten mando yo un gilo de gabanças con sus piedras de cristal, que yo tengo a nuestra señora de la Cuesta, “la grande”, pª que le pongan a las muñecas, que así es mi voluntad” 157.


Documento de Miranda del Castañar 1655.


     Vemos, pues, la reutilización de joyas «en manda» a imágenes vestideras y, además, su expresada reubicación, en las muñecas de la Virgen, las que primero había lucido al cuello la donante.


     Un tiempo antes, en 1633, se dice en otro testamento mirandeño: «Item, mando unas avellanas doradas y otros dos hilos ahumados a la imagen de nuestra señora, la pequeña, a la hermita de Nuestra Señora de la Questa»158.


     En 1671 nos ofrece esa villa condal el último y segundo ejemplar de tablero en el testamento de María Domínguez: «un tablerito de plata aumada con seis gabanças»159.


     En el testamento albercano de María Lozano, año 1747, se dice: «Mando a Manuel Gómez Sancho, mi esposo y marido, todas las alaxas de plata y oro que me dio a el tiempo del matrimonio, excepto una joia de filigrana de plata aumada, que estta se la mando a nuestra señora de la asumpzión, pattrona y titular de la Parrochial destte Lugar, y otra joia pequeña aumada que ttengo, se la mando a nuestra señora de maxadas viejas»160. Ya en 1728 se habían ofrecido unas Vistas a esa advocación vestidera: «…las vistas, sin el joiel, se las mando a Nuestra Señora, la asunpzión»161.


     En el año 1759 y entre los bienes de la imagen de Nuestra Señora del Rosario, en San Esteban de la Sierra, se mencionan «dos agnusdei de plata, zaumados, grandes, con espolones, una Santa Theresa en un tablero de plata zaumado, de cuatro esquinas, un coral engastonado en plata, más los dijes del Niño Jesús»162.


     De nuevo en 1759, formando parte del ajuar de una Virgen del Rosario, figura la Santa de Ávila ocupando, de nuevo, un tablero, esta vez en San Martín del Castañar. «Una Santa Theresa en un tablero de plata zaumado, de quatro esquinas»163.


     En total, 27 ejemplares del tablero y 156 años de vida documental. Apenas sobreviven piezas-testigo del tablero en la Sierra de Francia, tan sólo conocemos dos ejemplares en el dijero del Niño Jesús de La Alberca; son, en cambio, abundantes en comarcas de la provincia de León.


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