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Joyas Sagradas

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     COLOFÓN A LA PRIMERA PARTE


     Estas joyas de carácter religioso, analizadas aquí, tienen una muy destacada presencia en los rituales de noviazgo y boda. Son fundamentales en el estudio de la llamada Joyería Popular y fuente esencial para el conocimiento de la sociedad que las creó, las disfrutó y las ha sabido conservar.


     La Patena representa el redondo fulgor de la apariencia bajo las nuevas fórmulas del Renacimiento, y el cambio social de uso de esta joya, lo que va de lo noble a lo villano.


     La Tablilla o Tablero fue su fórmula precedente y arcaica. La Firmeza simboliza los valores morales trascendidos de lo material como emblema de la virtud en la mujer, frente al anillo, que significa en el hombre el pacto matrimonial sellado. El Corazón de la novia es aquí la pervivencia de un símbolo universal personalizado y siempre vivo. Las Franciscas del Zarzoso, con sus corazones de monxas, abastecieron la Sierra de evangelios y reliquias, talismanes sagrados y escudos protectores, prendidos a las almillas, a los babadores de los niños serranos, o atados a los dijeros. Finalmente, el Corazón y la Firma de la Madre Teresa fueron las joyas-relicario que idearon los plateros salmantinos para alojar la figura de esta abulense, santa y sabia, haciendo de ellas su particular triunfo y «Gloria de Bernini» sobre el pecho de las mujeres.


     Bajo estas fórmulas duermen olvidados conceptos, símbolos de estatus, profundos y perennes sentimientos religiosos y creencias, expresión de unas mentalidades por las que, durante siglos, se rigió esta sociedad serrana y candelaria.


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