Vivimos una época en la que la verdad puede resultar una amenaza para los intereses de determinados sectores de la sociedad. Esta es una de las razones que puede explicar la proliferación de noticias falsas, en ocasiones originadas por error o desconocimiento y otras porque benefician a quienes las difunden. La lucha contra ellas se centra en perseguir a quienes las producen y emiten para evitar que se extiendan.
Para afrontar este desafío, la cualidad probatoria de los archivos desempeña un papel fundamental gracias a la custodia de documentos que ratifican las decisiones y acciones de las personas y organizaciones que los produjeron en el desarrollo de su actividad. La accesibilidad a los documentos de archivo permite construir relatos constatables a partir de fuentes fiables, generando nuevos conocimientos que “empoderen” nuestra sociedad.
La pandemia originada por el virus de la COVID19 ha desencadenado un hecho inusual, la sociedad ha dirigido su mirada hacia la ciencia buscando fundamentalmente respuestas científicas para luchar contra la enfermedad, pero también que nos ayuden a entender y solucionar la grave crisis provocada por la pandemia. Esto no hace otra cosa que confirmar la importancia de la ciencia en la sociedad actual y por primera vez en mucho tiempo, las ciudadanas y ciudadanos ajenos al mundo científico son conscientes de ello. Es en este punto donde el Archivo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, como custodio de un importante legado científico quiere contribuir al fortalecimiento de la sociedad haciendo visibles y accesibles sus fondos y colecciones.
La documentación científica no solo es una fuente generadora de nuevo conocimiento sino que su conservación, gestión y difusión por parte de los archivos garantizan la fiabilidad y evidencia de los datos y las informaciones en el presente y su perdurabilidad en el futuro.
Es por ello que los archivos científicos tienen que estar al servicio de la comunidad científica y del resto de la ciudadanía, especialmente cuando hablamos de instituciones públicas. Su difusión debe formar parte de las políticas de las instituciones científicas por diferentes razones, porque el acceso a la información de carácter público es un derecho incuestionable, y porque la conservación del patrimonio documental no es impedimento para que la sociedad actual pueda disfrutar de un legado que le pertenece. En los últimos tiempos hemos aprendido que una sociedad informada sobre los métodos y los resultados de la investigación científica tiene mayor capacidad para participar activamente en la toma de decisiones sobre todos aquellos temas que le afectan de una forma más objetiva.
Hemos escogido el archivo del psiquiatra Ángel Garma como ejemplo de archivo científico por reunir todos estos valores y para presentar el proyecto de trabajo que permitirá hacerlo accesible a la comunidad científica y a quienes pueda resultar de interés.